El carbón activado tiene una amplia gama de aplicaciones en absorción, purificación y separación, y se utiliza para la recuperación de disolventes en muchas industrias. Por ejemplo, el reciclado de diversas sustancias orgánicas como ésteres, éteres, hidrocarburos aromáticos y alcanos procedentes de fábricas de cintas adhesivas, la industria química, la industria automovilística, la industria gráfica, la industria electrónica, etc.
El objetivo del reciclaje de estos disolventes es reducir el despilfarro de recursos y la contaminación ambiental, al tiempo que se reducen los costes. Los disolventes recuperados pueden procesarse y reutilizarse para sustituir a los disolventes frescos.